Inspírame otra vez, que no quiero dejar de escribir.
Ya cambiaron las motivaciones cuando decidiste emprender tu viaje, sin mí, sin
aviso y muy muy lejos, lo sé porque te busqué mil veces y ni rastro tuyo
encontré…
Necesidad no sé si llamarla, por lo menos no es
necesidad de ti, más puede ser de tu simpleza y detalles que me cambiaban el
día…bastaba un leve roce, un suspiro, una sonrisa, un pestañeo coqueto de esas
verdes mariposas que tanto cuide y que tanto me enamoraban. Ojalá sea un “quiero”,
que si es un “necesito”, más perdido no podría estar…
Exquisitos desenlaces, cabellos en conflicto, rugidos
silenciosos, temblorosos, infinitos. Tu inocente mirada como preguntando qué es
lo que traerán los ríos, y más aún si no te gustan las sorpresas, por no saber
cómo reaccionar si el resultado no es de tu agrado. Me encanta esa sinceridad
de las que quedan muy pocas en estos tiempos…
Silenciosas palabras detenidas de tu boca, no tienes
que hablar para hacerme entender…tu mirada siempre fue increíblemente expresiva,
no sé si tú te diste cuenta alguna vez, de cuanto es que tus ojos te delatan.
Por eso al ver tus lágrimas caer sabía que había llegado tu momento, y que no
mirarías atrás…te alejabas a crear una nueva historia con páginas de agonía en
mis libros, quizás páginas de esperanza en el tuyo…