Sunday, June 15, 2014

Rompiéndo las cadenas

Aquellas cicatrices, visibles para quienes te notan, son la irrefutable prueba de tu victoria, del haber ganado esa guerra contra las heridas de tu ausencia. Heridas que en un momento creiste acabarían con tu existencia, desesperación, angustia, tristeza, dolor...solo la falta de cualquier sentimiento alegre y positivo, te impulsó aún con más fuerza en tu viaje a recuperar ese toque de los ángeles...el comienzo de la batalla.

Reuniste las fuerzas necesarias, poco a poco, sin apuro, sin errores, no como en el pasado...tu futuro fue la meta, la adrenalina necesaria en tu presente, por lo menos en ese momento de tu vida. Los rugidos trataron de callarte, los temblores abrazaron desconsuelos...esas manos invisibles aferrándose a las tuyas, salvadoras estelares, destello interno de tu savia.


Aceptaste esa derrota, y esos fueron tus laureles. Saber que es solo una caída, y que aún podías levantarte. Se empieza a crear la cicatriz, quizás una más de muchas que pasaron y que vendrán. Por siempre estará presente, recordándote que fuiste capaz de superarlo, aunque haya costado mucho, lo lograste de todas formas...esa es tu corona.

Casa vez que la mires recordarás tu gran lucha, y tendrás presente que no hay nada en esta vida que no se pueda superar...no existen los imposibles, solo están en algunas mentes, aún dependientes de otras, ya libres de cadenas, capaces de conducir sus acciones a lugares impensados por aquellos encadenados. Simplemente cree que todo es posible, y las cadenas desaparecerán...paciencia.