Tu historia comienza en el año 2002. Ahí
estaba yo, mirándote a ti y a tus hermanitos de dos
meses, pensando en cuál sería el que se iba a ir en brazos conmigo a comenzar
su nueva vida…no era muy fácil ya que todos era muy lindos, y es que siendo
todos hijos de Dylan (de quien haré un post más adelante) tenían que ser todos
tan tiernitos. De pronto, tu solito te acercaste y me lamiste la mano, entonces
no quedó ninguna duda, me habías elegido…
Obviamente que tenías que dormir algunos
días en mi cama, porque no te iba a dejar llorando solito en la cocina.
Despertabas a media noche, en realidad como cada 4 horas, tenía que jugar un
rato contigo para que te pudieras quedar dormido de nuevo…ahí creo haber
entendido (en cierta medida) a quienes son madres de bebés que lloran a media
noche. Muchas veces me despertabas mordiéndome la oreja, poniendo tu carita
cerca de la mía.
Después llegó el momento de mudarte a la
cocina, porque quizás todavía estaba muy helado (no como en Canadá dónde estoy viviendo)
para dejarte en tu casita en el patio con Dylan, tu papá. Me acuerdo que te iba
a ver cada cierto rato antes de acostarme, y solo así me logré aprender cual
interruptor prendía cada luz en la cocina, para así no despertarte. Hacías
tanto tanto pipí, que el nombre “Pipín” aparecía como opción (idea de una
actual amiga), pero sabíamos que lo de pasar el río era solamente temporal, por
lo que opte por Kayser.
A la semana te cambiamos al patio dónde
dormías con tu papi (el mejor con los cachorros que he conocido hasta el
momento), y de a poco te fuiste acostumbrando, por lo menos ya no llorabas en
las noches porque estabas con él. Fuiste creciendo, y a veces te juntabas con
tu hermanita, que vivía en la casa del frente, siempre fuiste tan regalón y cariñoso.
También recuerdo una vez en que en la casa estaban preparando “enguindao”
(licor artesanal en base a guindas para quienes no saben), y cayeron algunas
guindas (que ya había absorbido el alcohol) al suelo, y tú curioso te comiste
algunas, y después te tambaleabas de lado a lado…tu primera borrachera,
tragicómico.
En 2003 te mudas a la parcela, un gran
cambio, porque ibas a convivir con más perritos, entre ellos tu hermano mayor
(por 2 años) Roko (también hijo del Dylan, pero de otra camada), y el Pluto, un
perrito de campo, eterno preferido de mi padre. Lo más positivo de este cambio
era que el patio iba a ser un poco más grande, ibas a estar en plena
naturaleza…lo más doloroso creo yo, es que solo nos verías los fines de semana.
Creo que esto fue cuando tenías cerca de 6 meses más o menos…
Te encantó la parcela, como corrías,
perseguías a los pájaros y a las liebres cuándo las encontrabas. Tu hermano
Roko era el rey del lugar, por lo que se portaba un poco más serio, y el Pluto
era más de campo y te enseñaba puras maldades perrunas (el que pestañea
pierde). Así fuiste creciendo junto a los 2 perrines. característica tuya, es que siempre te gustaba sentarte sobre los pies de alguien, o en el caso de la foto, sobre otro perrín...y obvio te quedabas dormido sentado. En algún momento te
perdiste en el campo, creo que fue durante una semana que no aparecías, hasta
que nos avisaron que estabas en una parcela cercana, por suerte.
En 2004 llegó
una cachorrita (que después sería una gigante Fila brasileira), la Tonka. Con
ella tu vida cambió, no los separaron más y siempre regaloneabas con ella.
Lamentablemente, con 4 perros en el mismo lugar a veces se producen peleas, muchas veces por celos y liderazgo, y el Roko salía perdiendo cuando todos se le iban encima…tu a veces también te peleabas con él por defender a la Tonka, tu amiga y compañera.
Un día a fines del año 2005,
cayeron los 3 enfermos, tú (Kayser), el Roko y la Tonka. Al parecer algo había
en el agua que les causó heridas en la lengua, y por el dolor dejaron de
comer…los 3 se debilitaron mucho y llegaron al veterinario, dónde estuvieron
cerca de 1 ó 2 semanas, no recuerdo. Como el Roko era el más débil, simplemente
no aguantó y murió durante la primera semana, te dejaba tu hermano a los 6 años
de edad, tú tenías 4. Por suerte te recuperaste junto a la Tonka y volvieron
los 2 al campo, y simplemente no encontraste a tu hermano, por lo menos no lo
viste morir…
Septiembre del año 2006. Un día no
entendíamos porque te habías metido a dormir a la casa de la Tonka (cada perrín
tenía su casa propia) a dormir con ella, simplemente pensamos que era algo tierno…era porque sabías que eran sus últimas
horas…alguien la había envenenado…se te iba la compañera que tanto querías (2
años de edad). En este momento tú tenías 4 años.
Casi dos semanas después llegaron dos
pastores alemanes a acompañarte, Bronco e Inti, de 4 meses (antes se criaron
con Dylan en la casa de la ciudad). Ahora tú eras el rey del campo, y te
acompañaba el Pluto, con el que muchas veces te peleabas, nuevamente por celos.
Y es que eras tan regalón que te costaba ver como se le daba cariño a otro que
no fueras tú. Igual que el Dylan crió al Roko, luego a ti, después a la Tonka,
y luego al Inti y Bronco, ahora te tocaba a ti continuar el proceso. En
Diciembre de 2007 me voy a vivir a la parcela para acompañarte.
Se hicieron bien amigos con todos los
perritos, salían a cazar juntos, no muchas veces con éxito, pero la emoción de perseguir liebres en los pastizales altos, verte saltar como canguro sobre esos pastos de
casi 1 metro de alto, que ternura provocaba.
Se me olvidaba comentar que siempre fuiste
mi fiel compañero en todas mis excursiones al río. Cuando me veías salir de la
casa con una mochila y la caña de
pescar, ya sabías que nos tocaba paseo, te
ponías tan contento, durante todo el camino, hasta que llegábamos al río…a los
15 minutos ya te querías volver, cada vez que caminaba un poco para pescar en
otro lado, pensabas que nos íbamos de vuelta a la casa. Incluso pasaste varias
noches en el río junto a una fogata. Muchas de estas veces acompañados por el
Roko, y más adelante por Inti y Bronco (quienes aman el agua). 2008 me voy a
Alemania por 6 meses, regreso en Febrero de 2009, viviendo en la parcela pero
trabajando en la ciudad (1 hora de distancia).
Nuevamente un hecho que quedará entre “los
misterios de la parcela” (buen nombre para un nuevo futuro post). Voy a
resumir, llegué con mi padre al campo, Bronco e Inti salieron a recibirnos,
pero tú no, raro. Te empiezo a llamar y no apareces, voy a tu casa, y escucho
tu respiración muy característica. Te veo y estabas escondido dentro de la
casa, no querías salir, y yo no entendía por qué…te hago cariño y me queda la
mano llena de sangre. Hasta el día de hoy no sabemos que pasó. Me niego a
pensar que los pastores alemanes te atacaron tanto, porque tenías tantos
colmillos marcados en el cuello, estabas tan débil, creo que si no hubiera sido
por el collar podrías haber muerto. El veterinario llegó al otro día y te curo
lo que pudo en su clínica móvil, y como yo ya vivía ahí, te daba medicamentos 3
veces por día…unas pastillas envueltas en manjar (dulce de leche) para que las
tragaras….regalón.
Después de todo este tiempo viviendo
contigo y los otros perrines, y no habiendo
más gente en el campo, me acostumbre tanto a estar contigo, que me siguieras a
todas partes, que fueras mi mejor compañero…
En marzo de 2011 me vengo a trabajar a
Canadá. Te echaba tanto de menos. Siempre que hablaba con mis padres preguntaba
por ti. Volví a Chile en abril de 2012, y algo distinto tenías…me dijeron que
era la edad (9 años), pero era algo más, ya no tenías el mismo ánimo de
siempre, estabas más viejito (y es que pasaste por tantas complicaciones) pero igual estaba tan contento de verte…
Además te había llegado una nueva
compañerita, Lulú…ella llegó así como la Tonka en el pasado, a alegrar tu vida,
tus últimos meses de vida.
Ya te costaba caminar (problemas en las
articulaciones), pero igual hacías el intento de seguirme…muchas veces te decía
que no lo hicieras porque no quería verte hacer el esfuerzo con dolor. Ya no
salías de tu casa ni para comer, quizás cada 2 días para tus necesidades. El
invierno fue lo peor, llorabas todas las noches por el dolor que causaba el
frío en tus huesos y articulaciones, ladrabas cada 3 horas, y solo te calmabas
cuando te iba a ver a tu casa y te hacía cariño, obviamente fueron semanas en
que no podía dormir…al comienzo pensaba que solamente tenías hambre, y entonces
te llevaba comida y te afirmaba el plato dentro de tu casa, hasta que
terminabas de comer, y te volvías a dormir…me mirabas con ojitos de alivio, a
la vez de tristeza...de agradecido.
Finalmente supe que volvería a Canadá en
noviembre de 2012, y tome una de las decisiones más difíciles de mi vida,
quizás una de las más dolorosas…dormirte para siempre…y es que no me quería
imaginar tu sufrimiento si ya no habría nadie que por las noches te fuera a ver
y calmara tu llanto cada vez que ladraras…3 días antes de mi viaje a Canadá fue
el veterinario y te durmió, y estuve contigo haciéndote cariño mientras te
dormías (10 años de edad), y lo último que viste fueron mis ojos mirando los
tuyos… sólo querías que te hiciera cariño (y lo hice cada momento de mi vida
que pude), y saber que yo estaba ahí cada vez que me necesitaras, así como tú
lo estuviste para mí durante toda tu vida….ojalá estés jugando con tu papá, tus
hermanos, y tu tan querida compañera… ya llegaré yo a hacerte cariño. Nos vemos
más adelante goddish…