Resplandecen fuertemente dentro de su
oscuridad, protegen tus luceros, como un tejado de la lluvia y viento. Alas de
mariposa permitiendo un vuelo de vida, resbala la lluvia, se cubren del rocío,
preciosas pestañas negras.
Inspira todo lo tierno, desecha lo que
te daña. Capta las más sinceras esencias, que sólo tú sabes dónde existen, y te
llena de pureza, tranquilidad, paz…todo es blanco, así se siente…pureza blanca,
que te da la vida. Nariz chiquita, nariz mía.
Sedienta de cariño, se escucha venir el
agua. Viene por montones, a lubricar tus besos, tu lengua suave…tu boca…origen
de palabras nerviosas, temblorosas. Ingeniería perfecta de tu maravillosa
sonrisa…no la guardes, no la pierdas.
Temen perder el sentido, dejar de ser
receptivas al idioma de la amistad, del amor. Como hojas almacenando las gotas
de lluvia, para luego distribuirlas a toda la planta, toman palabras y las
dirigen al corazón…orejas inocentes que abrazadas a tus oídos, atrapan con
fuerza esas frases que te encantan…te enamoran.
Irresistible al tacto y gusto, a la
boca y los dedos. Parada obligada en el camino de tu cuerpo…momentos infinitos,
hipnosis sedante. Unión de tus polos, los más lindos extremos…te prometo sensaciones
indescriptibles…verás reflejada la palabra pasión, cuando mis labios rocen tu
cuello.
Noche anhelada, en la que caricias los
invadan, sin más opción que dejarse vencer…e indefensos y desnudos entregarse
al sentimiento, que destruye lentamente las barreras de tu piel…tersa piel.
Escalofríos en tus hombros, al dibujar suavemente, con mis yemas su contorno…
Alcánzame siempre con tus pequeñas
manos, que yo no las soltaré…aunque puede que lo haga…solamente para cubrirte
en un abrazo, que te envuelva por completo…y te haga creer, que tus pies ya han
dejado la Tierra…aunque sea por un instante…ya recuerdas el medio más bonito
para tomarse las manos en la distancia infinita y mirarnos sin vernos…pero eso
es de otra historia.
