Pensamientos rebeldes que escapan
de mi boca, palabras fugitivas emprendiendo ese viaje hacia tus oídos, con el
claro objetivo de darle caza a tus pulsaciones…por instantes, ser el causante
del cambio de ritmo en esos latidos, tan particulares y únicos cuando estas
enamorada.
Resplandecen tus encantos al
mirarme fijamente, eternos verdugos de mis sonrisas espontáneas, que son simplemente
la expresión de lo que le haces sentir a mi corazón…esta vez sin palabras, solo
con miradas basta para captar mi atención y hacerme temblar.
Intensidad penetrante, imponente,
que nos domina y transporta a nuestro rincón secreto, privado, íntimo…gracias
por darme las llaves. Y me dices que solo te dejaras caer al estar segura de
ser contenida por aquel privilegiado…mis brazos ya están atentos y preparados
para sostenerte en cualquier caída.
Nebulosas que no vemos, más
sentimos su presencia, sus rocíos vespertinos humectando nuestros poros,
portales de emociones transparentes, señales que nos muestran que la conquista
nunca cesa…no dejemos que decaiga.
Caballeros con radares superficiales,
que te han visto sin saber realmente lo que tienen en frente, hasta perderte de
vista…el eterno problema de ver con los ojos y no con sentimientos. Ya te
siento con mis ojos cerrados, ya me enamora el sentir tu presencia…el abrir los
ojos y verte físicamente, no es más que
el dibujo perfecto de pioneras sensaciones.
Esta vez la vida nos premia a
ambos, después de un largo camino recorrido, no de búsqueda sino de enseñanzas
y aprendizajes. Ahora es que tenemos claro el reflejo de nuestros cantos, y
ahora es que sabemos quiénes son los intérpretes que deleitan a la audiencia.
Silencios pasajeros de trenes
armoniosos, de esos que ya no quedan muchos en estos tiempos, de los que
nuestros padres tendrán más recuerdos, que tiempos bellos. Los tomo y los
atesoro en el baúl de mis calmantes, pues serán los comandantes que apacigüen
mis tempestades.
Aquí estaré esperando en el bosque
del espíritu, rodeado de historias relatadas por aquellas hojas, que el otoño
tuvo que dejar caer…ya tuvieron su oportunidad. Y siguen bailando las curiosas blancas
esferas, quizás prediciendo tu llegada para finalmente hacerme compañía…te
espero.