Y una vez más, tus ojos se abrieron en mis sueños, despertándome a la realidad, o al menos lo que yo creo que era (para mí, esto se siente más real). Tu rostro permanece borroso, tu mirada sigue llamándome, y yo solamente la sigo, como si estuviera hipnotizado, como si estuviera flotando.
Cuando los océanos fueron pintados desde arriba, se derramaron gotas en lo que hoy son tus ojos, esos que veo en mis sueños, donde algún día espero ahogarme, sin esperar ser salvado, a menos que esa salvación requiera de un suave despertar por el toque de tus labios.
Tal vez ya te he visto antes, porque la sensación está ahí cada día, en busca de esos ojos de extraño que tratan de guiarme a algún lugar que todavía no conozco. Es persistente el sentimiento mientras creo que estoy despierto, a veces creo que te veo en todas partes. Voy a esperar a estar seguro, o a alcanzarte en mis sueños. Tal vez es mejor saber que estás ahí solamente para mí, y no afuera para alguien más.
Y todavía no puedo imaginar tu cara, ni siquiera un poco ... pero lo que mantiene esta inquietud, aunque esto no sea real es, ¿cuál es la razón de tu mirada triste? Supongo que esa es la razón más fuerte que me hace seguirte mientras sueño (y buscarte mientras estoy despierto), porque no puedo imaginar que alguien te cause dolor, no a esos ojos, no a esa tierna presencia, de la cuál soy muy privilegiado de poder contemplar todos los días.